El papa
Francisco afirmó este sábado que en la actualidad puede hablarse de una tercera
Guerra Mundial que se desarrolla "por partes" mediante
"crímenes, masacres y destrucciones" e invocó la paz para detener la
"locura" bélica.
El pontífice hizo estas afirmaciones durante la homilía que
pronunció en el cementerio militar de Fogliano Redipuglia, al que acudió este
sábado para recordar a los caídos de la Primera Guerra Mundial, con motivo de
su centenario, y a los damnificados por todos los conflictos bélicos. "Hoy, tras el segundo
fracaso de una guerra mundial, quizás se puede hablar de una tercera guerra
combatida "por partes", con crímenes, masacres, destrucciones",
aseveró.
Francisco
indicó que la guerra es "una locura" que crece destruyendo y
trastornándolo todo, hasta la relación entre hermanos y "lo más hermoso
que Dios ha creado", el ser humano. También recordó que hoy en día hay
muchas víctimas y esto sucede porque "en la sombra" convergen
"intereses, estrategias geopolíticas y codicia de dinero y de poder",
que a menudo encuentran justificación en la ideología.
En concreto criticó a la industria
armamentística -"que parece ser tan importante"- a la que tildó junto
al resto de factores de "planificadores del terror" y de
"organizadores del desencuentro".
El papa
también hizo un alegato contra la indiferencia al recordar la respuesta de Caín
al ser preguntado por Dios por el paradero de Abel: "¿A mi qué me importa?
¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?" (Gn 4,9). "Con corazón de
hijo, de hermano, de padre", el papa pidió a la humanidad pasar de ese
"¿A mi qué me importa?" al "llanto", es decir, a la
reacción contra el belicismo porque "la humanidad tiene necesidad de
llorar, y esta es la hora del llanto".
Fogliano Redipuglia es una localidad del
nordeste de Italia cercana a la frontera con Eslovenia en la que se situó uno
de los frentes más encarnizados de la Primera Guerra Mundial. En este municipio se encuentran dos
cementerios en los que yacen los combatientes de ambas partes beligerantes: el
Imperio Austro-húngaro e Italia.
La
intención del papa fue la de invocar la paz y orar por los caídos en todos los
conflictos bélicos por lo que, de manera simbólica, visitó ambos camposantos
con el fin de honrar a los caídos de ambos bandos.
En
primer lugar rezó en solitario en el cementerio austrohúngaro, donde permanecen
sepultados 14.550 soldados del Eje Central, y acto seguido se desplazó al
cementerio militar de Redipuglia, donde reposan los cadáveres de 100.000
soldados italianos y donde celebró la misa, el acto central de este viaje
pastoral de apenas cinco horas.
La misa
tuvo lugar en el sagrario de Redipuglia, una colosal grada de piedra coronada
por tres cruces mandada construir por Benito Mussolini en 1938 y que hoy en día
constituye el mayor monumento a los caídos de guerra de todo el país.
Ahora con esto dicho por el papa sobre la tercera guerra mundial son acusaciones ciertas las cuales nos llevan a pensar un poco mas sobre lo que ocurre en el momento en que tenemos y queremos mas, somos seres ambiciosos que no se conforman con lo poco el al querer mas se esta dispuesto a hacer daños a los demás, tan solo por buscar el beneficio propio.
ResponderEliminarEncontramos como el uno hace daño al otro y se forma una cadena en la cual todos somos victimas, de algo que se puede evitar.